Se llama hipertensión al aumento sostenido de la presión sanguínea. El tipo más frecuente es la hipertensión que se conoce como primaria o esencial; es decir que no está relacionada con otras enfermedades y debe ser tratada por un cardiólogo o médico clínico.
En forma mucho menos frecuente, la causa de la hipertensión puede ser renal o endócrina. Es el cardiólogo o el médico clínico, el que comienza a sospechar que existe alguna de estas alteraciones y deriva al endocrinólogo.
Cuando se diagnóstica hipertensión en personas jóvenes, que no tienen antecedentes en la familia, que no se puede relacionar con el tabaquismo o el sobrepeso; o bien, cuando se toman 3 medicaciones combinadas y no se logra controlar la presión, la persona debería visitar a un endocrinólogo para una valoración.
Dentro de las enfermedades endocrinas que pueden producir hipertensión, una de la más conocida es el hipertiroidismo (aumento de los niveles de hormonas tiroideas). Pero existen otras causas menos nombradas y en esas nos vamos a detener.
Por encima de los riñones, se encuentra una glándula llamada adrenal o suprarrenal. En ella se producen hormonas que participan específicamente en la regulación de la presión arterial (aldosterona) y hormonas que, a grandes rasgos, nos ayudan a afrontar situaciones de desequilibrio agudo o estrés, que son el cortisol y las catecolaminas. En esta glándula pueden aparecer tumores, si bien pueden ser benignos, comienzan a producir alguna de estas hormonas de manera exagerada.
La glándula hipófisis, se encuentra en el centro del cerebro y es una pequeña glándula que regula el funcionamiento de otras glándulas del cuerpo. Cuando se desarrollan tumores en ella, pueden producir excesos hormonales, como exceso de la hormona adrenocorticotrofina (ACTH) y hormona de crecimiento (GH). La primera controla el funcionamiento de la glándula adrenal (nombrada en los párrafos anteriores) y su aumento produce elevación del cortisol, de esta manera aparecen los síntomas descriptos anteriormente (Síndrome de Cushing). Cuando hay exceso de hormona de crecimiento en adultos se denomina acromegalia; los síntomas que se pueden presentar, además de la hipertensión, son cambios en los rasgos de la cara (nariz y labios que se vuelven más prominentes), sudoración, aparición o empeoramiento de la diabetes, aumento del tamaño de las manos y/o pies, dolores de cabeza, afección de la visión, entre otras.
En conclusión, en ciertos casos de hipertensión arterial que se acompañe de síntomas mencionados anteriormente, que sean de difícil control o se diagnostiquen a edades tempranas, sería necesario la valoración por un endocrinólogo; y así se evaluaran esas posibles causas para lograr un tratamiento adecuado.
Por Dra. Matilde Rendón
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