La vitamina D es producida en la piel durante la exposición solar; luego requiere pasar por el hígado y el riñón para ser activada y llevar a cabo sus funciones. Su principal acción es favorecer la absorción del calcio en el intestino y que éste pueda llegar a los huesos. Es por esto, que al detectar niveles bajos de vitamina D, se indica tomarla en forma de medicación; ya sea para prevenir la osteoporosis o como tratamiento para la misma junto con otros medicamentos. Existen diversas presentaciones y marcas comerciales. Hay medicación que se toma diariamente, otras semanalmente o bien mensualmente. Por lo tanto, es muy importante prestar atención a la indicación de su endocrinólogo para no cometer errores.

El tratamiento con vitamina D es prolongado, frecuentemente existe la duda si continuar con la toma después de una o dos dosis; la respuesta es SI. No se debe interrumpir el mismo hasta la nueva valoración o visita a su médico.

Como se mencionó antes, esta vitamina permite la absorción del calcio, por lo tanto, poco sirve tomar calcio y “fijadores de calcio”, si los niveles no son los adecuados. Estaríamos haciendo un tratamiento incompleto.

Se sabe además, que bajos niveles de vitamina D en personas mayores, se relacionan con mayor riesgo de caídas y por ende de fracturas. Esto se debe a que tiene acción a nivel neural y muscular. Por lo tanto, este también es un argumento para indicarla junto con el tratamiento de la osteoporosis.

Además de la función principal de la que hemos hablado, se han ido descubriendo otras acciones y se denominan “acciones no clásicas de la vitamina D”. Se la ha relacionado con la modulación del sistema inmune, una mejor respuesta a la insulina y prevención de la diabetes, disminución del riesgo de cáncer, mejoría en la reproducción y otras más. De todas formas, todavía hay mucho para descubrir y no todos los investigadores pueden demostrar estos hechos, motivo por el cual no se indica tomar vitamina D para lograr esos objetivos.

Dra Matilde Rendón